El punto que no podemos perder de vista en este momento es el Volcán Sosneado, el que ve más alto en esta geografía, y que nos espera con toda su magnitud.
Es reposo y abrigo para el guardián de los cielos, y va a mostrarnos tantas formas distintas de ver la cordillera. Seguiremos siempre la calma del Río Atuel, que supo sorprender a los visitantes desde hace tantos años cuando estaba justo a su vera el Hotel de Aguas Termales, que ahora sólo es ruinas.
Hoy sigue siendo un tesoro en medio de tanta belleza, un tesoro que guarda aguas que curan y relajan.
Imaginarse la vida en la montaña y simplemente cerrar los ojos y respetar y recordar, eso es lo que nos vamos a permitir vivir en el Mirador del Cerro Las Lágrimas, donde ocurrió la tragedia de Los Andes.